“Te amo Clau, buscamos juntos la libertad”
Martín Bessa
El codo de Claudia toca el vaso que permaneció vacío desde las diez. La despierta el estallido del cristal contra el suelo. Adaptarse a este nuevo espacio es uno de los desafíos que conquistará con éxito. La habitación donde dormía con Martín, en Bogotá, era mucho más amplia.
En este edificio casi centenario, una ventana gigante se encuentra con las escaleras de emergencia exteriores y permite observar el cruce de la avenida donde las personas deben interrumpir su paso hasta que el semáforo ofrezca la luz verde. Con aquella perspectiva, Claudia ensoñó un par de minutos sobre su futuro en este país, sobre la posibilidad de reunirse con Martín, acá o allá. El ruido urbano no le resultó perturbador en este, el séptimo piso. Es consciente que necesita un entorno tranquilo para descansar y para avanzar en las lecturas que el desarrollo del doctorado imponga. Decidió feliz este lugar para comenzar tranquila la nueva etapa en su vida profesional.
El apartamento lo comparte con tres colegas de dos países distintos y fue construido, seguramente, con una intención distinta a la que sus huéspedes le dan ahora. Es un lugar para dormir, pero los años de uso estudiantil lo han ido transformando en un espacio acogedor donde se establecen vínculos afectivos y más de una complicidad íntima se atesora dentro de esta práctica estructura arquitectónica. Por ser de nadie y de muchas personas simultáneamente, este apartamento guarda su propio estilo y se revitaliza cada cierto tiempo. Ahora, por ejemplo, unas cortinas tejidas a mano por una investigadora de la India, hacen que la luz solar ingrese con distintos colores. Al efecto caleidoscópico lo han valorado más desde que la sonrisa de Kiran dejó de acompañarlos. Se acabaron las actividades grupales de pintura que ella lideraba, pero prometió volver cuando los compromisos que adquirió con el gobierno de su país se lo permiten. Ninguno de los huéspedes ha objetado hasta ahora la presencia de dichas cortinas porque todos, sin ponerse de acuerdo, agradecen la donación y la disfrutan. El lugar se ha llenado de pequeños detalles sin los cuales sería uno más de las residencias estudiantiles, frías y olvidables.
El vertiginoso splashhh del vaso contra el suelo despierta a la roomie (compañera de cuarto) de Claudia. Cuando se levanta para colaborarle a recoger los vidrios ve una carpeta donde reposa información comercial sobre el programa académico que Claudia ha releído varias veces:
“Los graduados del Doctorado en Ciencias Traslacionales de la Salud estarán preparados para crear, traducir, difundir e integrar nuevos conocimientos entre disciplinas para mejorar la práctica de atención médica, informar investigaciones futuras y dar forma a políticas. Los graduados estarán calificados de manera única para:
Servir en posiciones de liderazgo en organizaciones nacionales, agencias gubernamentales e industrias relacionadas con la salud....
-Gracias, no quise despertarte.
-No worries (no te preocupes), yo va salir pronto.
-Nos vemos en la noche, Monik. Martín me escribió un email.
Conoce la reacción de Claudia y su respuesta a la confusa comunicación de Martín en: Sin ti no puedo
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Por: Luis Felipe Jiménez Jiménez, Bogotá, mayo de 2023.
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Foto: Anurag Sharma
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