“Mi nombre es Victoria Obregón Valencia, tengo unos 45 años, me enamoré dos veces, no simultáneas, pero creo en el poliamor.
Mi edad real no importa, importa la vida que he vivido, la que he sufrido. Cuando joven creía que era gorda. No estoy vieja, pero ya viví lo que tenía que vivir. Conozco el dolor, lo he experimentado, soy cantante aficionada, dicen que tengo buena voz, canto para que no me duela la vida. Pero la vida me duele, sobre todo desde aquel día que tomé una mala decisión…
Cuando conocí a un tipo llamado Óscar, en un peaje, hace apenas unas cuantas horas, pensé que iba a cambiar de opinión, que él me rescataría del hoyo en el que estoy.
Me enamoré de Óscar al escucharlo hablar, en su carro. No me enamoré de su carro, a mí no me gustan los carros. Ese hombre supo escucharme y supo verme, pero llegó muy tarde a mi vida.
Mi comida preferida es la italiana, nadie prepara unos mejores ravioles que yo. No tengo hijos, pero…
… un momento, mejor les cuento otra cosa. No soy un homenaje a mi nombre porque nunca he ganado nada. Sufro de depresiones, eso dicen. Soy zurda, pero en el colegio me obligaban a escribir con la derecha. Siempre me equivoco de lado, soy zurda, ahh eso ya se los había dicho. La derecha ni para ponerme los anillos. Ay mis manos, ay mis manos… pero mis uñas… eran lindas, las cuidaba más que a mí misma. Aunque ya para qué. Dicen que los zurdos somos más inteligentes, yo no sé.
Denme un cuchillo en la derecha y les saco un ojo. Estoy nerviosa, ya casi llego al muelle…
Mi padre era educador, por eso entiendo el mundo como lo entiendo. Murió de cirrosis. Papito ya casi nos vemos.
Osquitar, mi amor, si lees esta segunda carta, por favor perdóname.
Osquitar, tú no tienes la culpa, de verdad perdóname, de verdad te amé.
-¿Por qué será que que todo se me cae?”
El relato de Victoria Obregón Valencia se detuvo porque su carta de despedida se cayó al piso
Sábado 24 de agosto, sección judicial.
Las autoridades buscan por cielo y tierra al presunto culpable del homicidio de la ciudadana Victoria Obregón Valencia y tienen en su poder una carta cuya autoría está por definirse. En la misiva, la fallecida confiesa haber abortado en su adolescencia. El principal sospechoso es Alias Osquitar. Una fuente consultada por este medio comenta que Alias Osquitar no es el asesino, que él es apenas el enamorado de la víctima
Una segunda hipótesis indica que alias Osquitar, conocido en la ciudad como “El loco rolo” también anda como demente por algún municipio cercano a Santa Marta. Buscándola. Carga una pieza de dominó en su mano izquierda, confirma la fuente. Este medio se permite inferir, gracias a una tercera fuente, que no hay dudas del estado alterado de conciencia del presunto culpable porque, segúnla fuente, no hace sino repetir, en una y otra esquina, como si se tratara de una canción, la una frase delirante:
“¿Por qué te fuiste mi amor, por qué te fuiste mi amor? déjame verte por última vez, por qué te fuiste Vicky, mira que estoy perfumado”.
Se espera que en las horas de la ncohe se produzca la captura.
FIN
*Este relato es una secuela de El salto final y el Delirio de Óscar. Juntos forman un tríptico narrativo. fue publicado inicialmente el 19 de noviembre de 2017 en otro medio. Los tres relatos han sido editados y modificados como parte de un ejercicio de escritura creativa.
Autor: Pipe Jiménez (1976)
Imagen: Kool Shooters.
...sigo pensando en la triste suerte de Oscar...pero asi es la vida:Cruel y nunca nos redime de nuestras equivocaciones...😞😢
Emotivo final de la trilogía