3.000 personas participamos del experimento. Ninguno conocía mucha información sobre los demás. El contrato que firmé, asumo, fue igual o similar para cada uno de los participantes y su cláusula más importante era la de no contarle a nadie, ni compartir la información sobre los procesos que se realizaban. Y acá estoy, escribo a mano lo que esos seis años me dejaron y cómo logré sobrevivir cuando comenzaron a sospechar que por mi lado ocurriría una fuga que nos delatara. Ignoro si esta carta la vaya a leer otro ser humano algún día, pero me encargaré de que esta verdad no muera conmigo.
La orden inicial era invisibilizar, tanto en la comunidad científica como en los lectores desprevenidos, los más intensos hallazgos de la ingeniería genética sobre una nueva especie de seres ¿humanos? Se ha tratado de ocultar los avances que comenzaban a poblar las publicaciones especializadas y de paso el impertinente cuestionamiento de algunos conglomerados religiosos; sacarlo del alcance de periodistas tanto científicos como del periodismo light y amarillista. Impedir que algunos líderes políticos mundiales utilizaran los avances a favor de intereses contrarios al científico. La consigna era más o menos que la ciencia debía avanzar sin discusiones morales, por el bien de la humanidad y del futuro del mundo.
No me quedé con la intriga y comencé a investigar más a fondo sobre el experimento que ha tenido varios nombres para ocultarse, pero que comenzó, al parecer, con el de “Efecto Meischer” en algún lugar secreto de Suiza. Logré hackear 10 de los servidores secretos que estaban dispuestos para crear parches de información que protegieran tanto los resultados de la biotecnología y bioquímica especializada, como los primeros resultados de creación de vida humana en laboratorios.
Eso fue sólo el comienzo porque pronto descubrí movimientos financieros en criptomonedas con las que se pagaban a las agencias de medios en todo el mundo para que estos temas no hicieran parte de las agendas periodísticas y que la investigación más especializada no llegara nunca al mainstream. Se contrataron artistas famosos de todos los géneros musicales, se pagaron escándalos sobre la moralidad de líderes políticos, algunos, parece increíble, accedieron a sacrificar su futuro político para el éxito de esta mega empresa. Aceptaron acusaciones de abuso infantil, corrupción a menores y trato inmoral con lobbistas representantes de varias mega corporaciones. Sus procesos no van a llegar a ninguna condena, está acordado. Los organismos judiciales y la administración de justicia está en la nómina. El propósito era mantener a la población ocupada en temas te todo tipo, algunos sin trascendencia, otros más escabrosos, pero eso sí, todos los escándalos que, según estaba planteado, serían fácilmente olvidados o reemplazados por otros en una catarata de información cuyo único propósito era ocupar las mentes. Lo que se conoce como cortinas de humo.
Supe que las campañas de activistas movidas en todo el mundo estaban previstas y que ninguna revolución sería lo suficientemente perturbadora del orden, del llamado statu quo. Se tenía establecido que, en algunos países, las democracias entrarían en riesgo durante unos años a través de gobiernos populistas. Grandes especuladores usarían sus millones para empobrecer países y luego acceder a empresas y a tierras. Todo hacía parte de una re-configuración de millonarios para continuar con experimentos poblacionales al servicio de esa "nueva especie".
Posteriormente me enteré que una red social con alcance global tenía también la misión de darle relevancia a todo tipo de informaciones banales, unas menos que otras. Cada segundo que se ganaba con un nuevo escándalo, campaña publicitaria, promoción de marcas mundiales, revoluciones geopolíticas y lanzamientos de productos de entretenimiento, era un tiempo muy valioso para que la nueva especie agarrara fuerza.
Pasado un tiempo fui ganando relevancia en la organización y fui ascendido. Bajo mi responsabilidad se coordinaron tres mini revoluciones en países frontera donde la mega industrialización no consiguió consolidarse. Hubo dinero para ambos lados de las confrontaciones. Izquierdas y derechas estaban en nuestra nómina. Un gigante banco de datos registraba, analizaba y curaba toda la información producida en el mundo por parte todos los usuarios de distintas plataformas. Un ejército de dispositivos super potentes fueron grabando pacientemente las voces de un número gigante de personas. Cada una de sus conversaciones más sutiles, incluso cuando hablaban solos, hacía parte de nuestra base de datos. Estábamos a punto de saberlo todo. Si esto es lo que yo sabía, no imagino lo que no alcancé a descubrir.
En la primera etapa del proyecto, antes de nuestra incorporación, se hizo un barrido del tráfico mundial en redes académicas y en la red oscura sobre toda la información relacionada con la ingeniería genética, la biotecnología y los proyectos sobre genoma humano. Con esa información al alcance, entramos nosotros a torpedear, manipular y confundir a los servidores. En paralelo, nuestro equipo de científicos continuó las investigaciones y llegó a sorprendentes resultados.
Pero lo que me sacó del proyecto fue descubrir la entera verdad. No ocultábamos nada nuevo. La vida artificial ya había sido creada. 100 de los 3000 participantes, 99 y yo… somos seres creados en laboratorio. En mi conciencia, en mis memorias de nuevo ser humano implantaron recuerdos artificiales. Soy un cyborg que no necesita dormir. Estoy programado para trabajar y por eso me reclutaron. Me hicieron creer durante 30 años que yo era un ser humano normal, así viví hasta que fui reclutado y descubrí la verdad. De los 100 cyborgs, el único que lo sabe soy yo. Esta carta podrá despertarlos, ojalá la encuentren antes que me atrapen los encargados del proyecto. No sería yo el primer silenciado, aunque logré deshacerme del geo-localizador, no demorarán en llegar por mí. Tal vez sólo encuentren mi cuerpo inerme.
Shhhh, alguien viene, debe ser la enferme…
-Don Samuel, le traigo sus medicamentos, no me los vaya a rechazar otra vez. ¿Otra vez viendo esa película?
FIN
La primera edición de este cuento se tituló “Encubrimiento” y fue escrito el 3, 4 y 5 de abril de 2019. Ha sido editado el 29 de enero de 2022 con un nuevo título: “Cortina de humo”. Su autor, Pipe Jiménez aclara, así parezca obvio, que se trata de un cuento de ficción.
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Imagen: Edward Jenner
Así como cuando la historia da un giro inesperado, bueno, así.
Genial texto de ideal escalofriante propuesto por la ingeniería genética y la amoralidad en la investigación.
Este relato podría ser perfectamente un capítulo de Black Mirror. Buenísimo.
super !!
Es genial!...👏🏻👏🏻👏🏻