Mentes agobiadas
por un
vacío
sin sentido,
con prisa
vuelan
sin ningún cometido.
¡Oh qué triste es la vaciedad!
Precaria en lo más vital,
que al hombre consume
en su eterna oscuridad.
¿Qué es de aquel que se deja llevar
por la desesperanza y oscuridad?
¿Perdición, soledad, desequilibrio
o, deseo de salir con animosidad?
Si me lo preguntan: no lo sé.
Sólo diré que aprendí
a no dejarme caer.
A permanecer con las certezas
no de lo que sé
sino con las convicciones que decidí
para no dejar de crecer.
¡Oh qué triste es la vaciedad!
Precaria en lo más vital,
que al hombre consume
en su eterna oscuridad.
Un giro
se vislumbra,
tras el sosiego de una candela
que
a pesar de sombras
alumbra
a la humanidad
que se congela.
Rayos de esperanza
vagan por la inmensidad,
pero no hay quien alcance
los bellos haces de su bondad.
Autor: Juan Manuel Garzón Santafé
Juan Manuel es un joven religioso de la Orden de Agustinos Recoletos que tiene gusto por la música, la literatura y claro, la poesía. Estudió filosofía en el Seminario Mayor San Agustín de la misma Orden y actualmente se encuentra en el último año de Teología en la Universitaria Agustiniana. En el tiempo libre se dedica a leer y escribir sobre temas relacionados a sus estudios.
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Imagen: ArtHouse Studio
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