Por: Esperanza Ardila Beltrán* (1981)
Poesía
"Nadie sale indemne de las concatenaciones o permutaciones o disposiciones del azar"
Roberto Bolaño
Caminé hasta el camellón, como cada tarde.
Contemplar el mar, el morro, el puerto y el sol en el horizonte son mi alimento diario
Y ahí, sobre el borde, estabas. Como si algo en tu día estuviera a punto de suceder.
Temí por ti y sentí a partir de la postura de tu cuerpo, que funestos pensamientos cruzaban por tu mente
Me acerqué y te dije: “¡Cuánto calor hace!”
Sin mirarme, me dijiste: “el sol se apagará pronto”.
Y sin pedir permiso te confesé que había tenido un mal día.
Intentaste consolarme y levantaste la mirada que había estado sumergida en ese fondo oscuro.
Una suave brisa vespertina nos fue arrullando…
Desde aquel día, cada tarde, contemplamos juntos la caída del sol. Y juntos contamos esta historia.
Esperanza es antropóloga, soñadora. Actualmente está dedicada a escribir, a los afanes domésticos y las lecturas diarias. Vive en Santa Marta y su poesía lleva ese idómita inspiración del mar en la Perla de América.
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